Una teoría dice que el miedo al rechazo nos hace ser como los demás quieren que seamos, esto lo podemos comprobar cuando estamos diciendo SÍ, queriendo decir NO y viceversa. Por supuesto que es muy importante ser agradables con los demás pero sin pasar por encima de nosotros mismos; pero, ¿Qué pasa cuando ni siquiera sabemos quiénes somos, adónde vamos, cuáles son los valores que nos mueven? ¿Qué es lo que me gusta?
Es muy común que nos volquemos a opinar sobre los demás e incluso querer manejar la vida de otros, padres, hermanos hijos, amigos etc. Porque de alguna manera, las consecuencias las vivirán los que actúan, pero realmente de quien debemos ocuparnos es de nosotros mismos, y por lo tanto, viviremos las consecuencias de nuestros actos.
Es cierto que nos formamos en una familia y recibimos información genética y a través del ejemplo; pero a determinada edad debemos poner a nuestra formación de nuestra cosecha, agregar conocimientos, aprendizaje de nuestras propias experiencias, porque ser maduro emocionalmente es dejar de culpar a los demás de nuestros errores, y hacernos responsables de nuestras acciones; ya que solo nosotros viviremos las consecuencias de ellas. Así pues dejemos de depender de lo que otros hagan, digan o sientan para tomar mis propias decisiones.
El primer paso es el auto-conocimiento, después la aceptación, y buscar como puedo ser mejor cada día. Podemos empezar hoy mismo.
¡Suerte!